A sus 58 años, Hayek redefine lo que significa ser una bomba de sensualidad y nos recuerda que el sex appeal no caduca; evoluciona. Ya sea batiendo récords de taquilla, dirigiendo películas, produciendo proyectos que le apasionan o simplemente conquistando la playa con otro bikini espectacular, lo hace a su manera.




 
			                         
		  	
                       
											                  							 
											                  							 
											                  							








 
		


 
		